Cuando bailar es el mejor sinónimo de optimismo
Primera sesión de danza del Festival en el Generalife y largos aplausos para Antonio Najarro
La raya de Portugal sigue siendo paradigma de lo que nunca debía existir. Una balsa de piedra, que dijo Saramago, un paisaje y un paisanaje tan igual a uno y otro lado de la frontera la vuelven tan inicua como artificiosa. Por eso siempre admiraremos a artistas hispanos que buscan en Portugal su estro y su inspiración, desde nuestro llorado Carlos Cano hasta el artista que anoche llenó el teatro del Generalife y colmó las ansias de un Festival de repente.
El que fuera director del Ballet Nacional, hasta el año pasado, encontró en la palabra portuguesa ‘Alento’ el sentido preciso para aquella coreografía suya de 2015 y que anoche nos ofreció renovada y ampliada. ‘Alento’, en portugués, es aliento, es respiración y es ánimo, es el pulmón que se llena para vivir, y es el ansia que colma el cuerpo para bailar. Son las ganas de no tener que depender de mascarillas, sobre todo de las metafóricas, para que el aire circule libre por sus rutas naturales y el arte llegue a hinchar los pulmones del alma para crear poses y bailar las mejores músicas. De Portugal el nombre y de España la sal.
Porque Najarro huronea como nadie en la danza española para extraerle su quintaesencia, para llevarla más allá del tópico y encontrar nuevas posturas, añoranzas de castañuelas, pasos que coquetean con la danza contemporánea sin naufragar en el pastiche ni venderse a la conveniencia económica.
Es discutible que se nos hurten dos números de danza para el lucimiento de los cinco músicos en su peculiar destreza de gotear la imitación del mejor Piazzola o de hojear las variantes del jazz, pero así se nos abrió el jardín de la danza este año. Los diez números de ‘Alento’ son el primer abanico en la noche de estío. No hablo de una compañía robusta ni de un depurado trabajo de puntas y tutú, pero los catorce bailarines llenan el linóleo y, a veces, convencen con su brío y su entrega, con su juventud y su aliento.